Los rayos tenues del alba, iluminan nuestra tierra, como todos los días.
Pensé que la noche seria eterna... ahora que lo pienso hace mucho que mis noches son eternas, hace mucho que el miedo me mantiene en vela.
-Ven maldito pajarraco, no huyas-
La cena de hoy busca libertad, pero no es algo de lo que se goce en mi ciudad.
Extiendo mis manos lo intento aprisionar, corro detrás de él.
-¡No!, no a las ruinas, maldito gallo.-
Que mala idea de aventura matinal.
Entre escombros, se me hace difícil la búsqueda, pero no puedo dejarlo escapar.
La burka daña mi visión periférica, es el precio de no pecar.
el viento entraba por los grandes agujeros de este lugar, arremeten contra mi desnutrido cuerpo con vilesa.
Caminando mi pie tropieza con algún estorbo y caigo al suelo, mis sagradas ropas están llenas de polvo, mis manos sangran, mis rodillas tienen yagas, pero no puedo quejarme de dolor, tengo una familia que espera por esta maldita ave; una vez en el suelo veo una pluma roja, me arrastre con delicadeza y allí estaba, flaco, con su opaco plumaje, pico lastimado, con el ojo derecho blanco, y la cresta mutilada... era él... es el sustento de mis hijos
Extiendo mis manos lo intento aprisionar, lo logré.
Mi casa no está muy lejos, vivo en unas ruinas iguales a las que dejé, allí me esperan mis dos hijos, mi padre y mi esposo, quien perdió la pierna derecha al pisar una mina
-¡AY! Vida, prefiero perder el tiempo cazando gallos,que regresar a este hogar-
...
Ya es de noche, el sol se ha ido, el silencio es tormentoso, el frió infernal y el miedo piadoso.
De pronto siento mi bajo vientre inflamado, me pongo de pie y me retiro del a habitación, buscando un poco de privacidad.
me despojo de los pantalones, me coloco de cunclillas.
¡BOOM!
Este sonido vino de cerca inmediatamente corro a buscar a mi familia, con las piernas llenas de orina.
Aquel maquiavelico humo salia de esa habitación.
-¡DIOS! Que sea un sueño. -
Al acercarme más, perdía la habilidad de respirar así como la visión.
Entre, entre y desee no haber entrado.
Piernas, brazos, tripas, cesos, troncos... sangre, sangre y humo.
Una granada había estallado aquí podías ver la marca que dejo la explosión.
Caí al piso, mis ojos eran ríos, mis manos sismos.
....
Se oían unos pasos, se acercaban, se hacían mas intensos.
Entraron tres hombres, no entendía lo que decían, no sé si es por que era otro idioma o simplemente no me interesaba oír.
Uno de ellos me tomo de los pelos y me llevo a rastras a fuera de esa habitación.
Yo no oponía resistencias, ya no tenia fuerzas.
Me arrojaron al suelo, los otros dos me sostuvieron de los brazos el tercero saco una cuchilla y corto mis vestimentas.
Se acerco a mi, dijo algo, no sé que dijo.
Y me lamió, luego fijo su mirada azul sobre mis ojos mientras de quitaba el pantalón.
Los otros dos conforme avanzaba su amigo me soltaron se dieron cuenta que no me opondría...
Yo estaba con la mirada perdida en el cielo, recordando a mi familia... n o sé como Salí del shock y vi el cielo estaba estrellado hacia años que no me fijaba en el cielo era hermoso y entre tantas estrellas habían cuatro que brillaban con más fuerzas, las lagrimas cayeron.
Pasaron minutos yo seguia mirando el cielo, era lo más hermoso que he visto en mi vida.
Yo estaba postrada allí, con las ropas rasgadas, con las manos, sangrante, con la entrepierna punzante.
Otra vez los ojos azules se postraron sobre mí, y sonrieron.
Sentí el frió metal sobre mi frente, y no sentí más.
“estoy feliz, muy feliz, ahora mi familia y yo estamos en un lugar
Donde no tenemos hambre, donde no tenemos miedo, donde no duele.
Nunca olvidare este extraño mes de diciembre, nunca olvidare las estrellas
Y nunca olvidare que el diablo tiene ojos azules.”
0 comentarios:
Publicar un comentario